Un encuentro inesperado [Presente]

Era un día como cualquier otro, salí de casa sin preocuparme de nada mientras observaba a algunas personas pasear. Pero ahora eso no importaba, era hora de ponerse a trabajar, mas o menos, ya que en verdad solo atendía a los enfermos sin pagarles. Era raro, la gente me miraba raro por hacer algo de sentido común, pero bueno, tampoco era que me importase demasiado. -Bueno, ahora a ver si viene alguien pronto.- Dije mientras esperaba delante de la puerta esperando a ver si todo estaba bien, ya que no quería que nadie se encontrase mal.

El sol de las mañanas era algo destructivo para alguien que se había acabado de despertar como yo. Al cabo de unos minutos, vi a un chico que parecía ser un pirata y estaba malherido, así que me acerqué a él sin dudarlo. Lo agarré del brazo y lo arrastré conmigo hacia la casa. -No te preocupes, atiendo gratis a la gente.- Le dije con una sonrisa al pirata que ahora estaba sentado en la cama, le quité las prendas de arriba y con unas vendas vendé las heridas para cerrar un poco la hemorragia.

-Descansa aquí, intentaré conseguir algo de comida.- Le dije con una sonrisa de nuevo mientras salía de la casa. Entonces empecé a andar por el pueblo buscando una tienda de frutas ya que al atender a los hijos de los propietarios, estos me dijeron que si necesitaba algo no dudase en pedirles la comida. No era mi estilo aprovecharme de ellos por eso, así que ya había cogido algo de dinero ahorrado de los ahorros que me dejo mi madre. Llegué y compré algo de fruta, luego iba a tomar el camino de vuelta a casa, pero acabe chocando con alguien y la fruta se me cayó al suelo. -Lo siento, no miraba por donde iba.- Me intenté disculpar con la persona con la cual me había chocado y luego empecé a recoger la fruta que se me había caído de la bolsa al suelo.

La joven se me disculpó diciendo que fue su culpa, me ayudo a recoger la fruta y luego se fue a comprar unas manzanas ella. Había logrado divisar que tenía un pequeño rasguño en una de sus rodillas, así que cuando vino y se me presentó directamente me agaché para observar la herida. Le salía algo de sangre. -Será mejor desinfectar la herida, ven a mi casa.- Le dije con una sonrisa mientras empezaba a caminar hacia mi casa. No tardé mas de diez minutos en llegar a mi casa, aunque cuando abrí la puerta, los muebles estaban en el suelo.

Algunos jarrones estaban destrozados y el pirata de antes no estaba allí ya. -Vaya, lo ha dejado hecho un desastre... espero que al menos no haya roto el alcohol.- Dije con una sonrisa aun cuando parecía que me habían intentado robar. Me dirigí como pude hacia un pequeño armario para abrirlo y sacar una pequeña botella. Cogí un pañuelo y puse algo del líquido de ese líquido allí. Luego me dirigí a la joven si es que me había seguido y pase el pañuelo por su herida. -Escuece un poco, pero con esto no habrá peligro de que se infecte la herida.- Dije con otra sonrisa para luego poner una tirita en su herida.

Salí de la casa mientras buscaba con la vista. -Aun no está curado del todo, será mejor buscarle y hacer que guarde reposo.- Dije para luego soltar un suspiro y empezar a caminar, aunque no sin antes girarme hacia la chica. -Cierto, no me presenté, me llamo Inura, es un placer Liara.- Le dije con otra sonrisa para luego girarme de nuevo y empezar a caminar buscando a aquel pirata malherido. No podría haber ido muy lejos, pero tampoco podía estar seguro. Solo esperaba que no lo encontrasen antes que yo y aprovechasen que estaba herido para asesinarle.

La chica empezó a seguirme por el lugar, aunque no entendía porque. Al menos me dio las gracias, aunque no me importaba demasiado. Ahora tenía que encontrar al pirata que se había ido sin siquiera decir algo y habiendo roto gran parte de mi casa. -Liara, ¿a que te dedicas?- Le pregunté a la chica para intentar entablar una conversación, aunque en verdad me daba igual a que se dedicase, yo siempre atendía a todo el mundo. Fueran piratas, gyojins, revolucionarios, marines, etc. No me importaba demasiado en ese mismo momento.

Después de andar unos segundos vi como el pirata al que había atendido, le habían cortado la cabeza. Era algo desagradable de ver sin duda alguna. -Mira que le dije que no se moviera...- Dije para luego dar un suspiro y observar a quien le había cortado la cabeza. Era otro pirata, o eso aparentaba porque si no lo recordaba mal, había visto su rostro en un cartel de wanted. No quería enfrentarme a nadie en ese mismo momento, pero por lo que veía no íbamos a tener mas remedio que luchar.

-Oye, si ya has acabado lo que has venido a hacer, vete de aquí ya.- Le dije amablemente al pirata, el cual se cabreó. Quizás pensaba que le estaba tomando el pelo, aunque eso no era así. -¡Maldito mocoso, como te atreves a hablarme así, ahora verás!- Me gritó aquel pirata mientras se abalanzaba sobre mí con su espada. Le esquivé echándome hacia la derecha y seguidamente golpeé con mi puño su esternón, seguidamente golpee de nuevo el mismo sitio con una patada con la izquierda y para finalizar le golpeé con la pierna derecha la barbilla. Eso tendría que haberle dejado inconsciente, ya que el otro era muy difícil que se hubiera dejado matar sin oponer resistencia. -Liara, ahora vayamos a mi casa, y perdona por haberte hecho presenciar esto.- Le dije con una sonrisa mientras volvía a caminar hacia mi casa. Una vez allí empecé a intentar ordenar todo el desorden del lugar.